Cuando salgamos a la calle, hablaremos de todo. Y cuando el ruido se disipe, si en la melodía política de la reconstrucción los temas dominantes son el bien común, la vida comunitaria, la economía social de mercado y la subsidiariedad, entonces el centroderecha podrá hacer contribuciones decisivas en la orquesta nacional. Sencillamente, porque ha tomado lecciones de armonía y sabe que todos esos temas son acordes de la libertad.
Estamos ante un gobierno fallido. Resulta que la izquierda, dogmática y sectaria, coaligada para la confrontación a campo abierto con la mitad de los españoles propone grandes pactos transversales. No obstante, si el presidente del Gobierno convoca, hay que acudir y muy singularmente quien lidera la oposición. Si Sánchez plantea los pactos para apuntalar su fórmula de gobierno con Podemos y los demás acompañantes, fracasará. Los enemigos del pacto son las agendas ocultas, el adanismo y los que creen que ha llegado la hora de hacer la revolución desde un ministerio.
El escenario que se mantiene, con todas las cautelas, es el de una contracción intertrimestral sin precedentes en todas las áreas, seguida de una recuperación que se iría acelerando a medida que nos acerquemos a final del año, cuando se registrarían lecturas terribles del resto de los indicadores como desempleo e inflación. El PIB global se contraería un 3,3%, mientras que en España se prevén caídas entre un 4 y un 10% y una tasa de paro que podría llegar al 20%.
Se nos dice con razón que la crisis del coronavirus supone un impacto simétrico. Afecta a todos los países de la Unión Europa, no se puede atribuir a nadie la culpa de la infección y se debe asegurar bajo todas las formas posibles el apoyo público para que la actividad económica y el empleo no se hundan de manera irreversible.
La acción económica frente al COVID-19 tiene que enfocarse a evitar consecuencias de largo plazo, actuando sobre el mantenimiento del empleo, la capacidad productiva y la integridad del tejido industrial. También, garantizando el funcionamiento del sistema financiero y bancario, evitando que el choque temporal cronifique dando lugar a una concatenación de crisis. Es necesario, además, mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas, que están ya actuando como último garante de la continuidad del sistema productivo. Todo esto ayudará a impedir el contagio de los efectos de la crisis sanitaria a las cuentas públicas y a las áreas estratégicas de nuestras economías.
04.16.2020. Cuando salgamos a la calle, hablaremos de todo. Y cuando el ruido se disipe, si en la melodía política de la reconstrucción los temas dominantes son el bien común, la vida comunitaria, la economía social de mercado y la subsidiariedad, entonces el centroderecha podrá hacer contribuciones decisivas en la orquesta nacional. Sencillamente, porque ha tomado lecciones de armonía y sabe que todos esos temas son acordes de la libertad.
04.14.2020. Estamos ante un gobierno fallido. Resulta que la izquierda, dogmática y sectaria, coaligada para la confrontación a campo abierto con la mitad de los españoles propone grandes pactos transversales. No obstante, si el presidente del Gobierno convoca, hay que acudir y muy singularmente quien lidera la oposición. Si Sánchez plantea los pactos para apuntalar su fórmula de gobierno con Podemos y los demás acompañantes, fracasará. Los enemigos del pacto son las agendas ocultas, el adanismo y los que creen que ha llegado la hora de hacer la revolución desde un ministerio.
04.13.2020. El escenario que se mantiene, con todas las cautelas, es el de una contracción intertrimestral sin precedentes en todas las áreas, seguida de una recuperación que se iría acelerando a medida que nos acerquemos a final del año, cuando se registrarían lecturas terribles del resto de los indicadores como desempleo e inflación. El PIB global se contraería un 3,3%, mientras que en España se prevén caídas entre un 4 y un 10% y una tasa de paro que podría llegar al 20%.
04.09.2020. Se nos dice con razón que la crisis del coronavirus supone un impacto simétrico. Afecta a todos los países de la Unión Europa, no se puede atribuir a nadie la culpa de la infección y se debe asegurar bajo todas las formas posibles el apoyo público para que la actividad económica y el empleo no se hundan de manera irreversible.
04.01.2020. La acción económica frente al COVID-19 tiene que enfocarse a evitar consecuencias de largo plazo, actuando sobre el mantenimiento del empleo, la capacidad productiva y la integridad del tejido industrial. También, garantizando el funcionamiento del sistema financiero y bancario, evitando que el choque temporal cronifique dando lugar a una concatenación de crisis. Es necesario, además, mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas, que están ya actuando como último garante de la continuidad del sistema productivo. Todo esto ayudará a impedir el contagio de los efectos de la crisis sanitaria a las cuentas públicas y a las áreas estratégicas de nuestras economías.